martes, 12 de agosto de 2008

Back for Good

Hoy sólo quiero recordarte. Anoche tome la decisión de no llorar y pensar en ti, en nosotras, en nuestra infancia juntas, con una sonrisa en la cara. Tú siempre sonreías e incluso en los malos momentos me demostraste que tu vitalidad y optimismo superaban los peores baches que la vida te pudo poner.

Nos conocimos en el colegio, lo recuerdo como si fuera ayer. Siempre te quejabas de tu pelo, de los fosco que era, de que no podías controlarlo ... pero sobre todo del color, el rojo te ponía enferma. La cara rosada y los ojos azules, igualitos que los de tu padre. Una personalidad aplastante y un carisma único.

He de reconocer que de pequeña admiraba tu inteligencia, siempre me superabas en las notas de clase, las matemáticas eran tu fuerte (aunque siempre lo negabas) y dibujar era tu característica más destacada. Aún conservo tus monigotes decorando mis carpetas. Para colmo, tocabas el piano y estudiabas la carrera musical en el Conservatorio. Eso no se supera tan fácilmente.

Recordando ahora aquellos años, me viene a la cabeza momentos de alegria. Teníamos la facilidad de reirnos de todo, daba igual el motivo, en ocasiones reíamos hasta la lágrima y nos costaba recuperar la cordura. Como aquella tarde imitando a los Beach Boys en tu casa con la tabla de planchar de tu madre, que momentos!! Aún me rio al pensarlo.

Son tantos los recuerdos que me inundan, que podría tirarme horas rescatándolos de mi mente. Pero prefiero que todo eso, toda esa amistad vivida, permanezca en mi memoria y en mi mundo contigo.


Un beso enorme Bea.

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